Ante vosotros, la plancha Raydan.
Lo primero es ver por qué saltan los plomos. Echando un vistazo, rápidamente vemos que salta el interruptor diferencial, que es el que nos protege de descargas eléctricas a nosotros los humanos. Básicamente detecta cualquier corriente que se derive a tierra, lo que sucede por ejemplo cuando metemos los dedos en el enchufe. En este caso nadie se ha electrocutado para que salte este interruptor, por lo que lo más probable es que sea un cortocircuito interno con el cable de tierra (el amarillo-verde).
En cambio, si hubiese saltado un interruptor magnetotérmico (que son los que normalmente son más gordos y que están asociados a los distintos circuitos de una casa) sabríamos que ha habido un cortocircuito entre los dos polos principales (fase y neutro).
Abramos pues esta increíble máquina de planchar para ver qué nos esconde. Punto a favor: tiene un solo tornillo. Punto en contra: es de los "raros".
Como no es la primera vez, ya tenemos destornilladores adecuados, así que lo siguiente es levantar las pestañas de arriba.
Y estamos dentro. El problema salta a la vista.
Espera, que os hago un primer plano para que veáis la chapuza de los señores de Raydan.
¿Qué bien, eh?. Los cables muy bien unidos con sus tornillitos, pero... ¿y esas pletinas que se salen de su sitio? Nunca había visto tal chapuza en un producto de consumo. Si en lugar de tocarse con el terminal de tierra, se hubiese tocado con el otro, hubiesen saltado chispas (literalmente) o algo bastante peor.
Por fortuna, solucionarlo es bastante sencillo. Se vuelve a colocar en su sitio y se echa un poco de pegamento. ¿No era tan difícil, eh?
Mención especial al celo enrollado justo encima que sujeta el haz de cables. Oh sí, ¡muy profesional Raydan! Será un nuevo tipo de protección térmica al estilo de la cinta de Kapton ;P.
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